El trastorno límite de personalidad (borderline, en terminología anglosajona) afecta al 2% de la población, pero no siempre es fácil de diagnosticar. De hecho, se ha convertido para algunos especialistas en un cajón de sastre donde se aboca la conducta de personas que queman contenedores de basura o que hacen novillos en clase. Normalmente, las personas con TLP pueden presentar otros trastornos simultáneamente, como déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y consumo de drogas.
Opinión personal: Desde la Escuela podemos contribuir a que estas circunstancias se vean minimizadas, ¿como?
- Detección precoz: es posible, mejora el pronostico a largo plazo.
- Derivación para diagnóstico de confirmación: esto no se cura con el tiempo ¡EMPEORA!
- Tratamiento psicoeducativo adecuado: de lo contrario la sociedad (todos nosotros) acabaremos pagando nuestros errores.
- Tratamiento farmacológico: por el momento es eficaz en un elevado porcentaje de casos
- Seguimiento estrecho mientras se encuentren en la educación obligatoria
- Educación: del profesorado, orientadores, familias.
- Estudio y actualización permanente ya que los conocimientos en este campo no corren ¡vuelan!
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